Este fin de semana se revelaron unos documentos donde distintos desarrolladores daban su opinión sobre el acuerdo de adquisición de Activision Blizzard por parte de Microsoft. Sin embargo, una de las declaraciones que más se viralizó en las redes fue la de Sony. Pues los dueños de PlayStation parecen tener cierto miedo del poder que tiene Call of Duty.
Aunque en el pasado Phil Spencer aseguró que Call of Duty no será un exclusivo, afirmando que seguirá siendo una franquicia multiplataforma, bien sabemos el poder que pueden tener con el Game Pass. Y esto mismo lo sabe Sony, pues la compañía dijo en los documentos que Call of Duty era un juego determinante para el usuario común, y que tenían un grado de importancia al momento de escoger una consola.
“Call of Duty es tan popular que influye en la elección de la consola por parte de los usuarios, y su comunidad de usuarios leales está lo suficientemente arraigada como para que, incluso si un competidor tuviera el presupuesto para desarrollar un producto similar, no podría competir con él.”
Declaró Sony en el documento.
Asimismo, la compañía admitió que ningún otro desarrollar puede tener el mismo nivel de recursos y experiencia para hacerle frente a Call of Duty. Y aunque existiera, Call of Duty está lo suficientemente establecido como para que ningún rival pueda hacerle frente.
PlayStation puede perder mucho dinero sin Call of Duty
Para nadie es una sorpresa que año tras año, Call of Duty se ha mantenido como una de las franquicias que mejor venden en el mundo de los videojuegos. Esto no se ve reflejado únicamente en el número de ventas, sino también en la propia popularidad del título.
Mientras que Call of Duty cuenta con 4,5 millones de seguidores en Twitter y 24 millones de seguidores en Facebook; su rival más directo, que sería Battlefield, apenas cuenta con 1,6 millones de seguidores en Twitter y 7 millones en Facebook.
Aunque la franquicia no se volverá exclusiva Xbox, lo cierto es que bien pueden poseer contenido exclusivo. Sin contar lo determinante que será que los nuevos juegos se lancen desde el día 1 en el Game Pass. Esto implicaría unas perdidas millonarias para PlayStation, de las cuales Sony está realmente preocupado.
