A través de una reciente publicación en Twitter por parte de Phil Spencer, el jefe de Xbox nos confirmó la noticia de que Microsoft se comprometió para lanzar juegos de Call of Duty durante 10 años en las consolas de Nintendo, una vez se concrete el acuerdo con Activision Blizzard.
Asimismo, Spencer aseguró que Microsoft también continuará ofreciendo Call of Duty dentro de la plataforma de Steam de forma simultánea.
“Microsoft acaba de entrar a un compromiso de 10 años para llevar Call of Duty a Nintendo después de la fusión de Microsoft y Activision Blizzard King. Microsoft está comprometido a ayudar a llevar más juegos a más personas; sin importar cómo elijan jugar”.
“También me complace confirmar que Microsoft está comprometido a seguir ofreciendo Call of Duty en Steam de forma simultánea a Xbox después de que hayamos cerrado la fusión con Activision Blizzard King”, dijo Spencer.
Phil Spencer deja en claro que Call of Duty no será exclusivo
Con este comunicado, Phil Spencer y Xbox se comprometen a no hacer de Call of Duty una franquicia exclusiva dentro de su ecosistema, pues el juego estará al menos durante una década en otras consolas y plataformas externas.
Este movimiento es una forma contundente de dejarle en claro a los reguladores que no hay motivos de qué preocuparse por la adquisición de Activision Blizzard, y que a diferencia de muchos argumentos, este movimiento beneficiará a los jugadores y no monopolizará la franquicia.
Recordemos que el último juego de Call of Duty en lanzarse para una consola de Nintendo fue Call of Duty Ghosts en 2013, el cual salió para la discontinuada Wii U.
Por parte de PlayStation todavía no hay una declaración oficial. Se sabe que Microsoft le ofreció la misma propuesta de compromiso a Sony para seguir lanzando Call of Duty en PlayStation, pero parece que no ha habido una respuesta clara de momento.
Sea como sea, Microsoft está dispuesto a dar su brazo a torcer y cumplir con todas las exigencias para que los reguladores le den el visto bueno. Por ahora solo los reguladores de Brasil, Arabia Saudí y Serbia han aprobado la adquisición, pero aún falta la respuesta de las entidades del Reino Unido, la Unión Europea y la federación estadounidense.
